jueves, 29 de septiembre de 2016

De fines del Siglo XIX al siglo XXI



Desembarco de inmigrantes en
costas sudamericanas (1909)
Europa vivía tiempos difíciles a mediados y fines del siglo XIX y a principios del XX. Antes durante y después de las guerras de la unificación, la italiana y la alemana, y antes de la primera guerra mundial se dieron las oleadas más significativas de inmigrantes. Entre estas personas estaban mis antepasados. La inmigración se inició como resultado de intentos coloniales con la inglesa imperial a Sudáfrica (1822), la irlandesa producto de los efectos de la plaga del tizón de la papa en las tierras de Irlanda (the Great Famine), sus efectos continuaron por décadas. La emigración europea fue un movimiento intenso, la falta de trabajo y la miseria empujaron a millones hacia América, especialmente hacia Argentina, Brasil, Canadá, Cuba, Estados Unidos, México, Uruguay, Venezuela y también a Chile. La mayoría con orígen en Alemania, Croacia, España, Irlanda, Italia,  Polonia, Portugal y el Reino Unido. Los croatas particularmente huian de la represión del Imperio Austro-Húngaro y de la cesantía que dejó la plaga de la filoxera que destruyó los viñedos dálmatas, principal actividad croata.

Mis bisabuelos convergieron en América del Sur y mis abuelos particularmente en Punta Arenas, a orillas del Estrecho de Magallanes, única vía marítima entre los océanos Atlántico y Pacífico en la época, muy lejos de sus ciudades y pueblos originarios. Unos venían de lejanos orígenes en el pequeño pueblo de Rada en Navarra, al sur de Pamplona, otros de la lejana Riga en Letonia, después de haber emigrado desde Alemania por razones religiosas, y los restantes del pequeño villorrio costero de Pučišća en la isla dálmata de Brač en Croacia. Todos buscaban salir de problemas económicos, políticos o religiosos en busca de una mejor vida en una aventura que no tendría retorno.
De izquierda a derecha: Antonio Mladinić Dobronić,
su hermana Catalina, su cuñada María Beros y su hermano Nicolás, en el muelle de Punta Arenas, ya establecidos en Chile.
 
Mi padre Ramón Narciso Bruno Rada Donath hijo de Ramón Cándido Rada Senosiain (1902-1992) y de Ana Alide Donath Freymann (1902-1982) y mi madre Vicenta Elena Mladinić Vrandečić (1925-2011) hija de Anton Mladinić Dobronić (1890-1966) y Slavka Vrandečić Stambuck (1902-1970), ambos nacieron en Punta Arenas en 1925, y se casaron en febrero de 1949 y yo nací ese mismo año en noviembre, el año del único terremoto del que se tiene memoria en la ciudad. Mi infancia se desarrolló en Punta Arenas, primero en el colegio inglés Miss Sharp's School que dirigía su única profesora Florence Mildred Sharp Call y luego inmediatamente al primer año de Humanidades en el internado del Patrocinio de San José en Santiago, donde había estudiado también mi padre. Después fue el Seminario Pontificio Menor y finalmente el Colegio Notre Dame du Bois, cuando todavía estaba en la avenida Pedro de Valdivia.
Ramón Rada Mladinich y su
madre, Vicenta Elena.

Mi vida universitaria se inició en 1968 cuando ingresé a la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica, en la que solo estuve un año, y que sin embargo dejó profunda huella en mí, sobretodo en el pensamiento político, esos años eran años turbulentos que nos llevarían a conflictos que permanecerían en el tiempo. En el mundo eran los tiempos de la guerra fría y de gran turbulencia social, que finalmente influirían decisivamente en que se llevaran a cabo, los mayores cambios políticos y económicos en la historia de nuestro país. En 1969 me encontraba ya trasladado a la Universidad Técnica del Estado en Punta Arenas, la nostalgia y la efervescencia política tal vez influyeron en que me trasladara de regreso. 

Desde 1969 participé activamente como dirigente estudiantil siendo Presidente de la Federación de Estudiantes en 1973, la última directiva elegida democráticamente antes del golpe militar de ese año. Regresé a Santiago en 1974 a raíz de los traumáticos momentos vividos por todos y en particular porque mi familia se vio obligada a emigrar fuera del país, siendo acogidos en Venezuela y uno de mis hermanos en el Reino Unido. 

Cristina Jaman Matić y Ramón Rada Mladinich

El matrimonio con Cristina Jaman Matić, nieta de inmigrantes croatas y luego los hijos, Ramón, Rodrigo, Rodolfo y Cristina vinieron en medio de un país convulsionado, en que el ejercicio de las ideas políticas se ejercía en la clandestinidad y bajo el riesgo cierto de una fuerte represión política que significó la pérdida de sus vidas a muchos de quienes buscabamos vivir en un mundo que respetara los derechos individuales. Sin embargo, el mundo que ya daba los primeros pasos hacia una mayor democracia anunciando los dramáticos cambios que se avecinaban y simultáneamente había que bregar por los necesarios ingresos de la naciente familia. Después de haber pasado por la experiencia de trabajar en Santiago en empresas pioneras tanto en informática como en logística y de regreso a Punta Arenas desarrollé una innovadora empresa que se anticipó al desarrollo de eficacia y eficiencia en logística, Cargomag S.A. En 1989, el mismo año de la caída del muro de Berlín abandoné la empresa y adquirí nueva libertad  que me permitió participar de lleno en el regreso no violento a una democracia local que aunque limitada se iniciaba tímidamente, mis intereses estuvieron divididos en actividades profesionales en el ámbito privado, de investigación académica y emprendimientos sociales.

La década que empezó en 1990 marcó un punto de inflexión, primero mi colaboración desde 1991 en la preparación de ExposSevilla '92 que significó mi primer contacto intenso con la vitivinícultura chilena y su potencial, y luego la organización de misiones políticas y empresariales a Europa, a la industria electrónica para telecomunicaciones en Italia y a Irlanda para establecer las bases de la apertura de relaciones diplomáticas con Chile. En 1992, misión de estudio y negocios para la industria gráfica a Alemania, Luxemburgo, Austria, Suiza y España y misión política de invitación a visitar Chile a Mijaíl Gorbachov en Rusia, dentro de su ya programada gira por América Latina. Mientras trabajaba vinculado al World Trade Center Santiago en 1993, Alvin Toffler fue nuestro invitado en su primer viaje y conferencia en Chile, con gran impacto anticipando la importancia de del cambio tecnológico y sus consecuencias politicas y sociales. En 1994, como parte de un programa promocional de vinos de Chile, que incluyó despacho de vinos por vía aérea a 72 países, cofundé, con la empresa Diseñadores Asociados, el concurso internacional de vinos chilenos Catad'Or Wine Awards, con valiosa colaboración de Mariano Fernández, Louis Havaux y Carlo Petrini. Entre 1996 y 2000 como Agregado Comercial de Chile en Johannesburgo (Sudáfrica), posición en la que tuve el privilegio de ser testigo de la transición del apartheid y el ascenso a la primera presidencia democrática de Sudáfrica de Nelson Mandela.

Histórica fotografía de la fundación del concurso Michelangelo International Wine and Spirits Awards:
de izquierda a derecha, la jueza de vinos María Isabel Mijares y García Pelayo de España, Baudouin Havaux (representante de la OIV de Bruselas), André van Rensburg de Stellenzicht, vino premiado en este concurso en 1997, Sergio Correa Undurraga (Chile) y Ramón Rada (Agregado Comercial de Chile en Sudáfrica).


Participar en Sudáfrica involucró entender procesos de apertura económica, política y social de un país aislado por décadas. Mantener el ya establecido comercio bilateral, intentar incrementarlo y aún respetar  su particularidad, fue una tarea desafiante que incluyó la creación de lazos que aún hoy perduran. La industria del vino aquí también jugó un rol recibiendo mi respaldo al participar en la fundación del
MichelangeloInternational Wine and Spirits Awards concurso internacional único de vinos de Sudáfrica.

Antes de regresar a Santiago de Chile tuve el privilegio de ser invitado con otros dos chilenos y grandes catadores de vinos a la Cata del Siglo en el monasterio del siglo XII, San Millán de  la Cogolla de Suso en Logroño, España, organizada por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rioja. En abril del 2000, este gran 
Cata del Siglo en el refectorio de monasterio
de Yuso de San Millán de la Cogolla, del siglo IX
y conocido como la "Cuna de la Lengua"
castellana, del euskera y del navarro-aragonés.
evento cúlmine de la promoción del vino de Rioja, participaron 50 jueces de todo el mundo, entre ellos nostros los chilenos: Ramón Rada, Mariano Fernández y César Fredes, que degustamos 12 de las mejores añadas de vinos de la variedad Tempranillo calificadas como excelentes durante el siglo XX. En 2001 formé Nuevos Mundos S.A. de donde surgió el más importane esfuerzo de difusión de la información de negocios de la industria del vino, el Compendio Vitivinícola de Chile, halagado sin medida ni moderación, en especial en sus dos últimas ediciones, intentaremos replicarlo en la forma digital para adaptarlo a los requerimientos actuales y continuar su servicio a la industria.

Estoy convencido de que ética, doctrina, ideología, política y economía, están concatenadas en vínculos indestructibles, y que dicha relación constituye la base para elaborar propuestas de desarrollo que consideren desde una perspectiva humana, pragmática y científica, pilares para conducir Chile hacia una sociedad que evoluciona en libertad, seguridad y justicia. Difundiendo estas ideas he publicado dos libros en relación a la sociedad chilena: el primero ¿Chile, a dónde vas? y el último de ellos Chile, historia del futuro o la bandada de los cisnes negros, que trata de anticipar las opciones alternativas que nuestra sociedad tiene. Todo ello, con plena conciencia de que somos un actor más en un mundo interrelacionado e inexorablemente determinado por la habilidad que tengan las sociedades de adaptarse a las nuevas reglas impuestas por el siglo XXI. Pretendo que este sea un espacio para la reflexión, la participación y la propuesta.

La complejidad del mundo actual, hace que las soluciones del pasado (las que funcionaron y las que no) sean insuficientes o inútiles para resolver los problemas de hoy. Esta es una instancia en la que deseo exponer el rol protagonista de la creatividad (ciencia e innovación) y la tecnología (internet, robótica, biotecnología, etc.) para lograr desarrollarnos de manera sostenida y sustentable en el tiempo, integrados al mundo y al ritmo dinámico del cambio. La tarea de hacer de Chile un país desarrollado que enfrente los desafíos del futuro con la orientación y cambios necesarios no debe ser solo un anhelo. Es una un tarea urgente, y como tal, ineludible...y la responsabilidad es, más que nunca, de todos.

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